martes, 17 de noviembre de 2015

MARCO TEÓRICO




EL NEGOCIO


     La función como un país de tránsito principalmente para los traficantes de cocaína le dio a las organizaciones criminales en México una ventaja sobre sus proveedores que creció con el tiempo: ya que ellos tomaban mayores riesgos, les correspondían mayores recompensas. En lugar de simplemente proporcionar el servicio de transporte, las organizaciones mexicanas también comenzaron a crear sus propias redes de distribución en los Estados Unidos. Las organizaciones involucradas en el tráfico de heroína fueron particularmente veloces en entrar en el negocio de la cocaína debido a su experiencia en controlar toda la cadena de distribución. El resultado, algunos dicen, fue la inevitable transformación de las redes mexicanas de transporte a mega-operaciones que ahora llegan hasta los países productores para obtener el clorhidrato de cocaína (HCl); obteniendo más ganancias desde el punto de venta.


EL SECUESTRO


México tiene las tasas más altas de secuestros en el mundo, y la evaluación más reciente del gobierno por un comité del Congreso indicó que se había multiplicado por cinco en los últimos cinco años, y el número de denuncias han aumentado de 0,89 por día a 3,72 por día. Esto, sin embargo, no refleja el número real de secuestros, que la Comisión Mexicana de Derechos Humanos dice es tres veces mayor. El delito se concentra en ocho estados: Chihuahua, Distrito Federal, Baja California, Michoacán, Guanajuato, Guerrero y Tamaulipas. Estos ocho estados son también el lugar donde operan muchos grupos de narcotraficantes. No obstante, el estudio del Congreso estableció que la mayoría de los secuestradores no estaban vinculados a las principales organizaciones criminales, y el 80 por ciento de ellos tenía un trabajo y una familia. El 20 por ciento eran miembros de la policía, militares o pertenecían a otra entidad gubernamental. La mayor proporción de las víctimas tenía entre 21 y 35 años de edad.


TRAFICO DE PERSONAS

      El 90 por ciento de los inmigrantes indocumentados que entran en los Estados Unidos lo hacen a través de México. El resultado, según las Naciones Unidas, es un mercado que mueve US$7.000 millones en el tráfico de personas. Este lucrativo negocio ha atraído la atención de las grandes organizaciones criminales en los últimos años, sobre todo Los Zetas, que están basados en los estados fronterizos de Nuevo León y Tamaulipas. Las bandas internacionales, como la Mara Salvatrucha 13 o MS-13, también participan en el comercio, que se especializa en los migrantes latinoamericanos en su mayoría pobres, que se embarcan en el viaje utilizando múltiples formas de transporte, incluyendo barcos, trenes, camiones y a pie.


     Mientras tanto, la producción mexicana de las drogas ilegales ha crecido. El gobierno de Estados Unidos estima que la producción de amapola se duplicó entre 2008 y 2009 a 15.000 hectáreas. Y las Naciones Unidas dice que México, con un estimado de 15.000 hectáreas de cultivo ilícito de amapola, es ahora el tercer mayor cultivador del mundo después de Afganistán y Myanmar, y el más grande en el hemisferio, por mucho. La producción de marihuana, que se inició masivamente en la década del 60 para abastecer el consumo de los Estados Unidos, continúa proporcionando un flujo constante de ingresos para las organizaciones criminales en México.


     Las estimaciones más recientes de Estados Unidos dicen que había 12.000 hectáreas cultivadas, un incremento de 35 por ciento desde 2008 pero en los últimos años ha decrecido por las políticas de legalización en Estados Unidos. México es también el mayor productor de drogas sintéticas en la región. La disponibilidad de las metanfetaminas está en su nivel más alto en cinco años, según un estudio del gobierno estadounidense debido principalmente a la capacidad de los traficantes mexicanos para eludir las leyes locales que restringen la importación de los precursores, el desarrollo de nuevas fuentes de los precursores, el uso del precursores sustituto, y el desarrollo de laboratorios a gran escala.



LAVADO DE ACTIVOS
     El gobierno de Estados Unidos estima que las organizaciones criminales mexicanas ganan entre US$10.000 millones y US$15.000 millones anuales sólo producto del narcotráfico. La trata de personas es un mercado de US$7.000 millones sólo en este hemisferio, según las Naciones Unidas, y el tráfico de armas es un mercado de US$1.000 millones en todo el mundo. Controles más estrictos y restricciones en Estados Unidos obligan a los traficantes llevar el dinero de regreso a México. Los carteles mexicanos también tienen que transferir el dinero a los países de origen. El resultado es el desarrollo de una multiplicidad de formas de mover dinero electrónicamente, a través de cambistas o por medio de los envíos de dinero en efectivo a granel en vehículos que se desplazan hacia el sur. El control de este dinero es más difícil debido a las numerosas maneras de camuflar o moverlo. Una vez en México, hay menos controles, la aplicación es más laxa y la corrupción más alta, dando a las organizaciones criminales mexicanas una gran oportunidad para esconderse en las inversiones de capital en todo el país.


Los carteles 

     Actualmente, y a pesar de los golpes dados a las mafias de narcotraficantes por el gobierno de Vicente Fox y sobre todo por el combate frontal que ha iniciado Felipe Calderón, de acuerdo con información de la PGR existen siete familias que tienen o se disputan el control del narcotráfico en el país:


Los Arellano Félix

     Los Arellano Félix, que encabezan el llamado cártel de Tijuana, que tiene su asiento principal en la frontera noroccidental, pero con presencia en el sur y sureste del país. Todo indica que el iniciador de esta banda fue Miguel Ángel Félix Gallardo, quien manejaba el negocio desde Culiacán, hasta que fue encarcelado por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena. Después del encarcelamiento los Félix Gallardo dejan de comercializar sólo drogas autóctonas (marihuana y heroína), constituyendo una alianza estratégica con los colombianos para introducir cocaína a Estados Unidos. El 16 de agosto de 2006 esta banda recibe un golpe con el encarcelamiento de Francisco Javier Arellano Félix. Sin embargo, el cártel continúa operando, de acuerdo con la información de la PGR, desde la prisión de La Palma, Estado de México, con la ayuda de Manuel Aguirre Galindo “el Caballo”.



El cártel del Golfo

     El cártel del Golfo tiene influencia en 13 estados del país, y se supone encabezado por Osiel Cárdenas, quien fuera detenido en marzo de 2003, pero sigue dirigiendo su organización desde el presidio. El cártel del Golfo es uno de los más temidos porque cuenta con el grupo paramilitar llamado los “zetas”, que actúan como comando para llevar a cabo ajustes de cuentas y también para controlar las zonas de influencia del cártel en 13 estados de la república. 


El Chapo Guzmán

     La mafia controlada por Joaquín Guzmán Loera, ‘el Chapo’, quien se fugara de la prisión de Puente Grande, Jalisco, en enero de 2001, opera en la región del Pacífico norte y desde su fuga ha ampliado su margen de acción hacia las zonas centro y sur del país, y se le ha vinculado con hechos como el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas y la ejecución de Rodolfo Carrillo Fuentes. 




El Cártel de Juárez

      Una de las mafias más poderosas es la representada por la familia Carrillo Fuentes, grupo llamado cártel de Juárez que se supone tiene influencia en 21 estados de la república. Al parecer, su principal antecedente se remonta a los años 80, entonces encabezado por Ernesto Fonseca Carrillo; sin embargo, alcanza su máximo éxito con Amado Carrillo Fuentes, de quien se dice que pasó cuatro veces más cocaína a Estados Unidos que ningún otro y que murió en una operación de cirugía plástica para cambiarle el rostro en la Ciudad de México. De acuerdo con la información oficial, la mafia de Ciudad Juárez es la mayor organización criminal de América Latina que, a la muerte de Amado Carrillo quedó dirigida por un consejo en el que supuestamente participan Vicente Carrillo, Rodolfo Carrillo, Ismael “el Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán. De acuerdo con Jorge Fernández Menéndez este ya es más que un cártel, es una unión de grupos poderosos. Un “holding”. 



El cártel del Milenio

      El cártel del Milenio, o de los hermanos Valencia es liderado por Armando Valencia Cornelio y tiene sus principales centros de operación en Nuevo León, Tamaulipas, Jalisco, Colima, Michoacán y el Distrito Federal. Según informes de la Secretaría de la Defensa Nacional la historia delictiva de este personaje se inicia en 1990, año en que proveía y distribuía drogas de los Arellano Félix y de Cárdenas Guillén. En 1999 agentes federales detuvieron a Gilberto Garza García “El Güero Gil” quien fue el primero que aportó información sobre el cártel del Milenio de los hermanos Valencia. Después el colombiano detenido en México Gino Brunetti confirmaría lo dicho por Garza García ante la PGR. Según información recabada por la PGR el cártel de los Amezcua Contreras, José de Jesús y Adan, conocidos como los reyes de las metanfetaminas, actualmente en prisión, acusados de importar efedrina desde Europa, India y Pakistán que introducían ilegalmente (lo mismo que el Zhenli Ye Gon) a México y Estados Unidos.

     Esta sustancia llegaba por vía marítima por Veracruz y Manzanillo, Colima, de donde se trasladaba a laboratorios que la procesaban en el propio Colima y en Jalisco, y de allí la llevaban a Tijuana y Baja California para hacerla llegar a territorio estadunidense. A pesar de estar en prisión, la presencia creciente en el mercado del “éxtasis” de los Amescua Contreras continúa, y ello parece indicar que los hermanos continúan al frente del negocio, si bien pueden haberse sumado otros narcotraficantes al creciente negocio de las drogas sintéticas.



Los hermanos Parada

     Desde la década de los setenta el cártel de los hermanos Parada controla la región del istmo de Oaxaca y han extendido sus redes a Veracruz, Tabasco y Chiapas, y se considera que son los mayores productores y traficantes de marihuana en la zona y adicionalmente de cocaína. El jefe del cártel es Pedro Díaz Parada, que ha estado preso en dos ocasiones y en ambas se ha fugado. A él se atribuye el homicidio del juez Pedro Villafuerte Gallegos, quien lo condenó a 33 años de prisión.


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